sábado, 22 de septiembre de 2012


Como decía el poema de mi querido Miguel Hernández, me sobra el corazón. Me sobra porque en este momento desearía arrancármelo, y no solamente ponérmelo debajo de un zapato, si no aplastarlo también. Pero tú no tienes la culpa, es más, has sido generoso. Más que eso.  Pero la generosidad por desgracia no cura heridas abiertas.  Mis elecciones son simplemente erróneas y confusas. No confusas no, porque se lo que siento. Y siento tanto. Tanto que… me sobra el corazón. Y tu serás el amor que me deje con los brazos caídos, con esa pena que es mas que una pena. Con la pena que vale más que toda la alegría. Sin embargo no soy extremista. Sé que tenderé los brazos hacía más, hasta que realmente un día me estrelle.   Y entonces se caigan de nuevo, esta vez para siempre. 
Me sobra el corazón. Me sobro yo.


lunes, 3 de septiembre de 2012

Yo no quiero un amor civilizado.


Lo que yo quiero, corazón cobarde,

es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas

y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren