Me acerco sin remedio a ti, me entiendes, tocas mi alma con
tus dedos, como si pasaras hojas de un libro fácil de leer. Lo único que quiero
es estar contigo. Tu espalda es mi meta, tus labios, tus labios. Tiemblo. Lloro
por ti. Estoy perdida. No ves que cada vez que me descolocas caigo, y caigo en
un pozo peor que el anterior. Cada vez soy más valiente, cada vez más cobarde. Cada
vez voy a más por que eres mi perdición y mi salvación. Porque te quiero tanto
que sería capaz de matarme, pero no estoy enamorada de ti. Te odio, te odio
tanto que te mataría sin dudar.
Eres mi droga, cuando tu entras mi puta cabeza ya no hay
espacio para mas, cuando estoy contigo el mundo se detiene. Porque no me
importa, no me importas. Me miento, me hago daño. Intento matar lo que llevo
por dentro, vaciándome. Y se que estoy en el límite, a punto de rozar la línea
de lo imposible. Por ti. Por mí. Por que el mundo me da la espalda. Tu me das
una sonrisa, me tiendes la mano y me empujas por la ventana. Esto me esta
volviendo loca, me pone capas de acero y derrite mi interior. Me diluyo, vuelo
y después caigo. Dije… me arrepiento. Pero deseo más, porque cuando me pierdo
en la nieve, cuando me muero de frío, cuando mi mente no funciona… es un
descanso.
Necesito una pistola, un cuchillo. Para arrancarmelo todo.
Estoy perdiendo el control.