Mis disculpas por ser una tonta, por hablar, por escribir. Perdoname por estorbarte, por molestarte. Siento que no me quieras, que (suavemente) me desprecies. Aprecio que no seas un capullo, ( sinceramente me harías mucho menos daño si lo fueras), un caballero. Gracias por limitar tus sonrisas, por controlar no tocarme o simplemente evitarme.
No es fácil ser alguien como yo, con menos cerebro que corazón.